Annie:
Créeme cuando te digo que el camino que tome fue el correcto. Para empezar el recorrido era un descenso hacia el mar, donde la vegetación, los arboles, te hacían entrar en un mayor contacto con la naturaleza. Y ahí entendí porque la gente baja y sube caminando, solo así podrían entender y disfrutar el lugar. Luego de recorrer el sendero lleno de vegetación llegue a un gran umbral: donde el mar era el gran escenario, no solo por la visual sino también porque desde ahí podía observa todo lo que ocurría en el. Era un mar vivo, activo, con personas practicando deportes acuáticos, nadando o simplemente observando el mar.
Esa imagen se grabo en mi mente y lo único que hizo fue llenarme de ganas de querer bajar más para ver lo que había ahí. Pregunte a unos jóvenes que bajaban y me dijeron que esa actividad era producto de un centro de enseñanza de deportes náuticos que estaba ahí, que había permitido a muchos poder disfrutar y aprovechar el mar a través de los deportes náuticos. Esa situación me pareció fabulosa y a pesar de que no se nada de deportes náuticos y a lo mucho se nadar me dirigí ahí impulsada más que todo por la curiosidad y por mis ganas de disfrutar el mar.
El edificio se encontraba sobre un antiguo espigón, se apoya sobre él pero también hace uso de un muelle para no afectar las corrientes ni los flujos de olas existentes y para poder entrar al mar, más allá de la rompiente, ya que muchos de los deportes acuáticos se practican pasando la rompiente de las olas. Al entrar en el edificio se ve por un lado un área pública donde las personas comen, compran y pueden contemplar y nadar en el mar e inclusive pueden alquilar embarcaciones para realizar paseos a la Isla Palomino que se encuentra cerca de Lima, pero sobre todo es una especie de lugar de información donde uno decide que hacer. Ahí me entere de los deportes que se enseñaban, los costos y a que escuela dirigirme para aprender determinado deporte, pues hay q decir que ofrecen variedad. Es un espacio abierto donde todos pueden ingresar y donde uno decide que es lo que quiere hacer. Hay que añadir también que ahí uno escucha hablar a otros sobre que le pareció tal o cual deporte, quien es el mejor instructor y donde muchos jóvenes intercambian sus experiencias y vivencias en el mar. Pero también hay muchas personas que no quieren aprender y solo van a contemplar o esperar mientras sus hermanos, enamorados o amigos están aprendiendo y donde tienen algo que hacer aparte de observar, he de añadir que muy aparte de ser un lugar un paso y de encuentro, es un lugar donde se tiene una mirada distinta no solo al mar, sino también a la ciudad y donde el edificio enmarca y resalta diferentes puntos de vista y visuales de la ciudad y el mar.
Pero también por otra parte está lo que me pareció mas interesante, y son las clases de deportes acuáticos. Ahí están los instructores, jóvenes y niños que van con deseos de aprender, pues estos deportes no eran de fácil acceso para todos, en cambio ahora con ese centro de enseñanza es mas fácil para todos poder practicarlos. Así también hay varios turistas que como yo o no saben nada de deportes náuticos y llevados por la curiosidad desean aprender u otros que ya tienen conocimientos previos y desean practicar unas horas su deporte favorito. Como bien tu sabrás, en mi país, nunca tengo tiempo para poder aprender algún deporte, y menos náutico, así que me dije a mi misma, porque no? y que mejor ahí donde me ofrecen desde el equipo hasta el traje para poder practicarlo.
El edificio esta emplazado de tal manera que cada deporte ha encontrado su mejor ubicación en relación con el mar. Desde los deportes que requieren las olas y la rompiente, como aquellos que necesitan ir más allá de la misma. He de salir del espacio publico para entrar a uno mas controlado, donde se ubican las escuelas, ese espacio esta a otro nivel, con otra visual. Yo me había decidido por aprender vela y mi primera embarcación sería un sunfish, una embarcación para principiantes. Antes de entrar al mar, vino la clase teórica: aprender nudos, armar la embarcación, palabras técnicas, y un calentamiento previo antes de ingresar al mar. Al fin el mar!!!! Hay un muellecito más pequeño que me permite entrar mas fácilmente, el muelle se inclina hasta q esta al nivel del mar, finalmente el mar y yo. Y bueno, el instructor al lado. He de decirte que bañarte n el mar es una cosa, pero es muy distinto, el mar, tu y una embarcación, porque el mar te reta, y el gran desafío es controlar la nave. En fin fue una experiencia única y lo mejor muy cerca al hostel. Al acabar la clase me dirigí a los vestidores, me duche y ya estaba de nuevo lista para poder regresar al hostel , o a disfrutar de Miraflores y ver que otras cosas tenia Lima para ofrecerme. Creo que me quedare un poco mas a ver si aprendo bien. Ya t estaré contando en otro mail. Saludos
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